Dekirú: T​ó​picos de un Cad​á​ver Emocional(2022)(reseña)

defiinición: dekiru es «la forma potencial» del verbo irregular する – suru – «hacer», y que significa «poder hacer algo» o «saber algo»

esta llamada a la acción, aplicable en cualquier aspecto de la vida, nace de la mente de Chacalito (baterista de Canera) quien se embarcó en esta aventura solista paralela a su banda madre y de larga duración, donde se hizo cargo de todos los instrumentos y voces que forman esta obra, grabándolos de manera independiente en Kanaya records, mezclado y masterizado en hiss records contando con las colaboraciones de Ayelen Berrios, Javier Rivera, Maverick Fuentes, Nicolas Fuentes, Rodrigo Carreño y Jurel Sónico.

Dejando de lado el apartado técnico de esta producción, podemos adentrarnos en las canciones que componen este larga duración. Orientadas hacia un diseño sonoro cargado de garage rock y rock alternativo, la naturaleza de estos temas apuesta por la crudeza y espontaneidad, al igual que su apartado lírico el cual nos da una pista a través de su título.

Los estilos antes mencionados si bien nos dan una directriz de que podemos encontrar en este disco, no son del todo una barrera limitante a la hora de entregar composiciones. En esta línea destacamos por ejemplo «Enajenados», la cual tiene una métrica menos tradicional y con ciertos guiños space rock en sus guitarras, la hace una canción dinámica y siendo el segundo track, ya rompe el molde del resto de las piezas de este larga duración.

La energía se mantiene a medida que avanzan las canciones de la lista, y líricamente hablando Chacalito elige hablar desde la honestidad y en este viaje de introspección personal nos entrega su visión acerca de las motivaciones que lo guían. Un ejemplo de aquello es Somatizar (No hay marihuana/para este dolor) donde parece una frase simple, pero entregada a su contexto agarra un nuevo contexto dentro de esta historia emocional.

Llegamos a Desidia que tanto por su letra, como su tempo, podríamos considerarla «la balada» de lo que llevo en escucha, en contra posición a Vehemencia, como los polos opuestos de la misma narrativa.

Si ponemos atención a las letras, estas nos van guiando el tono de esta historia, al igual que los ritmos por las que se acompañan. Así llegamos a Liberación que sin mayores cambios, inyecta ese sentir garagero y directo que busca la placa donde destacamos el incendiario solo de Maverick (guitarrista de Canera) que cumple como rol catártico al igual que el título en donde se ejecuta.

Cierran este viaje, las canciones Vislumbre y Magnolia, esta última de carácter acústico y que viene a darnos una especie de epílogo instrumental a este conjunto de 9 canciones.


A título personal, hay momentos en donde las voces no me cuajan del todo, quizás por el uso de esta o los las palabras escogidas para cada fraseo. Pero nada irreversible y no mejorable en el tiempo. Uno como oyente puede tener una percepción, pero el artista en su ejercicio de plasmar sus sentires quizás no lo visualice de dicha forma. Para ser un esfuerzo solista, en donde cada momento fue decidido por una persona, pueden faltar criterios de visión probablemente que se externalizan en lo recientemente expuesto, pero lo que no se puede lapidar, es la poderosa intención de llevar a cabo esta catarsis personal y concretarla. Una maratónica labor ejecutada en tiempos donde cualquier acción que no tenga que ver con cifras y el éxito instantáneo va quedando relegada a segundo plano como muchas buenas intenciones hechas bajo el camino de la independencia.

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