La música independiente, ya sea por el hermetismo de sus creadores o la carencia de medios de difusión que abarquen todas las propuestas, nacen corrientes que se mantienen fuera de todo foco y cultivan la introspección musical como el caso que veremos a continuación.
Icor es un proyecto de post metal, black gaze y sonoridades afines que data aproximadamente desde 2017 y con pausas de por medio, el proyecto de Simón Crespo Silva (Guitarras, Bajo y secuencias) completado por Bastián Campos en batería, nos presentan «Los sigilos de la Luna», 5 composiciones donde las texturas y peso expresado en composiciones extensas y blast beats ocasionales son los principales elementos que podremos apreciar en la placa.
La noche bajo el abeto es el track que abre este EP con unas sentidas melodías de guitarras que nos dan paso a un aguerrido momento blackgaze y luego mutando a un emotivo doom metal nos presentan lo que tiene que ofrecer esta nueva etapa de Icor.
Culto a la tierra posee unos teclados y coros que nos transmiten una celestial épica combinada con unos tremolo picking propios del black metal funcionando de manera muy armónica, como lo hacen propuestas como los franceses Alcest.
Al ser una obra de carácter instrumental, nos hace transitar en esa subjetividad de que pasaría si estas composiciones tuviesen letra, debido al formato «canción» que poseen, ya que no se siente como una serie de movimientos musicales compilados en una composición como suele ocurrir en algunos exponentes de estas corrientes.
Claro de luna nos transporta a un frío invierno imaginario con el minimalismo de la guitarra acústica y que nos sirve como interludio y una especie de puente entre las dos canciones restantes de este Ep.
Puente de piedra y Los secretos de caín siguen la línea de los tracks anteriores y si bien no proponen nada nuevo a lo que ya escuchamos anteriormente, se entienden como continuidad narrativa y el cierre de esta obra.
El diseño sonoro se nota bien trabajado acorde a los canones del estilo, donde se contó con Gabriel Molina Carvajal (Tortuganónima) en la producción y mezcla y a Justin Weiss en Trakworx (California, EEUU) (Agalloch, Amenra) a cargo de la masterización.
No queda mucho que agregar para dar un cierre a esta reseña, sólo mencionar que estas composiciones bajo las condiciones adecuadas, serían escenario para un onnírico y sentido show en vivo que podría acercar a quienes resuenan con estas propuestas de nicho de buena factura.