El segundo álbum del conjunto santiaguino es una propuesta cargada de existencialismo, melancolía y aflicción. Una colección de imágenes que explora los matices más oscuros del género sin perder la esencia de su sonido.
Howenh es una de esas bandas difíciles de clasificar, demasiado etéreos para ser instrumentales, demasiado ambientales para el post-rock de crescendos y explosiones, demasiado armoniosos para ser etiquetados como una banda de “noise”. Su sonido va por una sonoridad etérea, que se mantiene en un vaivén de estilos que pasan desde el dark wave, el doom y el post-rock.
La banda nace de la mente de Iván Aguayo (Guitarrista y Compositor) en 2015 y la agrupación la completan Fabián Escudero (Guitarra), Alexis Morales (Guitarra), Naldo Sandoval (Bajo) y Pedro Mena (Batería). Su debut “Kren” del año 2015 recibió buenas críticas y llevó a la banda a presentarse en diversas instancias como lo fueron “Manjar Fest” “Ritual Seppuku” entre otras, compartiendo escenario con bandas como Quimo, Volkan, Legrant, Everum, Hienas, Etc.
Si en su debut Howenh evocaba una vibración pastosa que por momentos se sacudía para liberar cuidados arreglos melódicos como en Ibis, Heliotropo o Nemea, en esta oportunidad han virado el timón, Sheol es menos condescendiente que Kren y está cargado de texturas abstractas que evocan paisajes distópicos, y pese a que esta entrega contiene una energía mucho más insondable y es definitivamente una propuesta con menos ánimos melódicos.
El 5 de noviembre de 2018, la banda libera oficialmente su segundo disco, con una batería de siete canciones y con una duración total de 68 minutos que evocan el final de un proceso de resiliencia frente a la adversidad.
Actualmente Howenh trabaja en una versión física de Kren, y planea liberar el material restante de Sheol durante el primer semestre del 2019.
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