
El proyecto chileno presenta un trabajo versátil y lleno de matices, concebido como un viaje sonoro donde conviven crítica social, introspección y un abanico de influencias sonoras que van desde la bossa nova al punk.
Un viaje musical sin mapa ni miedo a equivocaciones. Así describe La Muerte del Roto Quezada el proceso de dar forma a su primer álbum homónimo, un trabajo que reúne canciones compuestas en distintos momentos de la vida de Diego Acuña, su vocalista, y que hoy dialogan con las experiencias, cambios y aprendizajes de la banda.
“El disco fue un viaje en sí mismo, desde que comenzamos a grabarlo en pandemia hasta verlo terminado ahora. Son canciones antiguas y recientes, que muestran distintos estados de ánimo y formas de mirar el mundo”, comenta el cantante.
Conformado por 11 canciones, el álbum propone una escucha que se despliega como una odisea: comienza desde la observación y la crítica social, y se va desplazando hacia territorios más íntimos y personales. Entre sus letras, el disco aborda la desigualdad, la democracia, así como relatos inspirados en encuentros callejeros o memorias familiares.
En lo sonoro, La Muerte del Roto Quezada se resiste a la idea de encasillarse en un género. “Cuando hago una canción no pienso en el estilo, simplemente la creo. Por eso en el disco conviven bossa nova, blues, punk, balada… después busqué dar coherencia con el orden de las canciones”, explica el músico. El resultado es un álbum dinámico, lleno de movimiento y contrastes energéticos que reflejan tanto la diversidad de influencias como la esencia juvenil y lo-fi de su proceso creativo.
La portada del álbum homónimo también refuerza este espíritu: un paracaídas cayendo hacia una tumba, inspirado en Altazor o El Viaje en Paracaídas de Vicente Huidobro, uno de los referentes literarios que ha marcado al grupo. El arte fue realizado por la ilustradora Camila Piña, quien ha acompañado todos los lanzamientos gráficos de la banda, manteniendo una estética ligada al cómic.
Desde la vereda de lo sonoro, el trabajo fue masterizado por Max Lambie y muestra una cara espontánea y rebelde de la agrupación. “Queremos que cada persona lo interprete a su manera. Ojalá se den el tiempo de escucharlo completo, porque cada canción tiene un mundo distinto y creemos que ahí está el valor de esta odisea”, expresan.
Con influencias que van desde Violeta Parra, The Beatles, The Velvet Underground hasta Congreso y Charly García, el álbum debut de La Muerte del Roto Quezada se instala como un testimonio musical de cambios, búsquedas y aprendizajes, invitando a recorrerlo como un viaje en constante movimiento.